Los bastardos tratan de financiar su propio grupo terrorista y, para conseguirlo, nada mejor que raptar a Pilarín, la hija oronda de una ministra por la que pedir un rescate o, a malas, alojar una bala en su rubio y repeinado cráneo.
Buenas noticias para Palop, en todo caso.
La Agencia, donde trabajó y de donde salió a su manera hace ...
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